Sunday, March 08, 2009

Román Santamaría

Es una persona de unos 56 años, que fuma sin parar. Toda su vida se ha dedicado a escribir novelas de televisión, muchas de ellas exitosas pero él nunca ha estado satisfecho con ninguna. Está convencido de que todo lo que ha salido al público es pura basura. Es perfeccionista, individualista, egoísta, solitario. Sus poquísimos amigos lo consideran ermitaño.

Tiene en su casa un teléfono que no contesta nunca, pero que limpia todos los días así como el resto de su casa… impecable. Obsesionado con los vidrios, los espejos tratando que estén limpios siempre… todavía escribe en máquina de escribir por gusto, pero por su trabajo –al que llegó por casualidad- tuvo que acostumbrarse a un computador, y al internet aunque en realidad lo único que sabe es escribir e-mails. Tuvo un único hijo al que adora con el alma pero que casi nunca ve. Lo tuvo con la única mujer que amó en la vida pero que se casó con otro más sociable y menos fumador. Ella sentía que él la engañaba todo el tiempo… pero con el papel, la tinta y las letras.


Odia relacionarse con los demás, no le gusta la interacción, es un poco racista, un poco clasista, un poco mudo, un poco asquiento, tal vez un poco más que un poco…. Pero tiene una enorme capacidad de observación. Fisgonear la vida de otros sin tener que interactuar es su pasatiempo diario, ya que así puede tener ideas de lo que quiere mostrar en los personajes de sus novelas al igual que recurriendo a su memoria y trayendo al presente momentos de su vida cuando no era tan oscura y solitaria…. Sin embargo, como lo decía anteriormente, todo lo que escribe, le parece un asco. Vive en el mismo sitio desde hace 19 años, después de haber vivido en muchas partes del mundo… después de haber vivido con su amor y con su hijo.

Lleva 15 largos años en el mismo edificio, pero nadie sabe que él es él. Nadie sabe que el vecino del 503 es el que se ha inventado todo eso que aparece en casi todos los televisores en la hora prime, nadie sabe que él se ha inventado a todos los individuos con los que la sociedad sueña, nadie sabe que él es él. Desde que perdió a su esposa y se alejó de su hijo no permitió que nadie más se acercara mucho a su vida. Sus pocos amigos van muy de vez en cuando, pero no duran más de media hora en la casa de Román. Se hace llamar Calisto porque a lo que más le teme es a ser descubierto.

1 comment:

DaniloG said...

Fue inevitable acordarme del Sr. Sallinger.

Muy bueno leerte de nuevo :)