Monday, January 03, 2011

Un delito literario

Siempre he pensado que robarse estilos de escribir es un delito de los más grandes. Sin embargo, en estas vacaciones tuve la oportunidad de encontrarme con un tesoro que se ha convertido en una de mis memorias favoritas y que volvería a leer con gusto: El diario de Ana Frank. Una adolescente judía que escribió y describió toda su existencia en un diario que le fue regalado cuando cumplió trece años.

¡Cómo me identifiqué con esa muchachita al leer cada página! Realmente fue increíble. Ella nunca pensó que su escrito fuera alguna vez a ser publicado, precisamente por ser un diario secreto. Su temprana muerte, la época en que vivió y su impecable forma de escribir le dieron el mérito de ser publicada. Muchos leímos sus intimidades pero debo confesar que me dejé enamorar básicamente del formato: día, fecha, año. Además de esto, era muy limpia la manera en la que las cosas fluían cuando hacía de cuenta que su libro era su mejor amiga, Kitty y todo se lo confesaba a ella, esa persona etérea que le guardaba sus pesares y alegrías y que se convirtió así en su mejor confidente.

Es por esto que he decidido cometer el delito al que tanto le huí, porque quiero volverme delincuente el día de hoy y prolongar mi delincuencia mucho tiempo más. Empezaré por ello, a darle vida a mi blog y convertirlo en persona: tú serás Monry.

1 comment:

DaniloG said...

Upaa que bueno lo que cuentas. Ese es uno de los libros que me faltan por leer.
Siempre me ha gustado el estilo de diario y el estilo epistolar de los libros antiguos; sería muy bueno que volvieran.

Saludos.